Sunday, July 01, 2007


Las cucharas


Y me acordé de cómo eran los platos en los que desayunaba todos los días, no eran de vidrio, ni de plástico era algo como tipo plástico, pero un poco quebradizo, eran negros, y tenían una cavidad en el centro. Y me acordé de cómo eran las cucharas, por consiguiente la gaveta donde estaban, y había que buscar la taza para medir, y se echaba una taza de avena, la avena estaba en la alacena que se situaba al fondo a la derecha de la cocina cuando uno entraba, y la alacena era de puerta blanca de madera, y ahí estaban el famoso “pan” que para mí eran galletas duras, y otras cosas; de ahí se sacaba la avena. Entonces se agarraban dos, no, una taza. Y se ponía en el plato que ya describí y con esa misma taza se echaban dos de agua, eso lo metía uno al microondas, 3 minutos. Luego lo sacaba y lo ponía en la mesa. La mesa era de madera rectangular, y tenía un dragón hecho de hierro que habían comprado en una feria el día que llegamos. Era de madera, sin pintura, y una banca que daba a la pared. En la pared tenían colgadas fotos en blanco y negro de los abuelos y los bisabuelos, gente del siglo diecinueve. Y debajo de las fotos un mueble de madera viejo que nunca abrí. Luego de ponerlo en la mesa había que echarle leche, y una especie de mermelada. La cocina tenía una ventana. En la ventana había un termómetro, creo que una vez marcó menos dos grados. Los muebles de la cocina tenían un borde verde.
Las cucharas, eran plateadas y tenían surcos rectos paralelos en el mango, es decir como líneas, pero de relieve. La costumbre era echarle sal y azúcar, yo solo le echaba azúcar, después le eché sal y le sigo echando sal…. “God morgon, god morgon” o como sonaba “gu morrón gu morrón!”, y el equipo de sonido con la canción de Morrisey, Let me kiss you. La mesa de madera. Y todo porque quise desayunar avena mañana, me entró una sensación rara, la verdad quería encontrarla de nuevo.
Y es que hoy son dos años. ¿Qué ha cambiado? ¿En qué hemos cambiado, ¿hemos cambiado? ¿Por qué? El tiempo siempre lo dije, me da miedo el tiempo, en los cuestionarios siempre ha sido la respuesta. Y las fotos son por eso, por el tiempo, guardarlo, pero igual no, no. Llevaba mucho sin escribir. Mucho. Siempre lo hago cuando tengo cosas importantes que hacer y las pospongo para “escribir”. Volviendo a lo del tiempo, siempre me arrepentí de no haber hecho un diario en esos días. Lo bueno es que estas son cosas de diario. Pero no es lo mismo, por ejemplo no me acuerdo como era el techo, uno siempre debe acordarse como es el techo de las casas en que vive. Pero de las ventanas si me acuerdo. De las puertas. Y de las cucharas.

4 Comments:

Blogger ...lms said...

los más cotidiano no se ve

saludos. bienvenido a las blogosfera

lalala

11:25 PM  
Blogger versseau said...

Me gusta la descripción, no es pesada, mantiene el interés, me resulta casi como estar viendo la escena.

Uno recuerda el pasado y retiene aquello que de alguna forma llamó más su atención, el caso es que lo hace, eso es lo importante, aún a dos años de ello o incluso más.

La gente y los lugares siempre dejan huella... como usted que ahora le pone sal a la avena =) y nos regala un poco de su viaje en este post.

Siga escribiendo, siempre me encantó leerlo.

9:13 AM  
Blogger Marcos Machado said...

verdad que si?... porque uno solo escribe cuando tiene algo más importante que hacer? MALDITA AVENA!

5:30 PM  
Blogger Nati Jaguar said...

este me encanta, pero ya me había encantado desde la primera vez que lo leí

8:57 PM  

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