Friday, September 28, 2007

25 de setiembre en el 88


“Cuando la música alegre se oye triste…”

Dijo Iván…

Se llama nostalgia

Se fue la luz



Se prendieron los fluorescentes

Se fue Mariana

Tuesday, September 25, 2007




NUESTRA TIERRA pero de las "COMPAÑÍAS"

NUESTRO BANANO pero de las "COMPAÑÍAS"

OBREROS AGRÍCOLAS pero de las "COMPAÑÍAS"

EL GOBIERNO pero...

ESTO ES EL RESULTADO DE SIGLO Y MEDIO DE "INDEPENDENCIA"


Texto y foto Luis F. Bulgarelli
Aguijones de mantarraya


foto: Pietro

De repente, nada más me lo dijo, como la cosa más normal del mundo, como si yo no lo conociera. Casi sin tristeza. Lo enterraron el martes.
“Sabe qué? Su abuelo una vez me había regalado unos aguijones de mantarraya, todavía los tengo. “
Me acuerdo cuando me explicó como funcionaban: tienen un montón de dientecitos vueltos hacia atrás entonces cuando se meten, se quedan pegados y rompen la carne. Ahora que lo pienso, más o menos así son las personas que uno conoce y quiere, se quedan pegados y cuando se van rompen la carne.

Sunday, September 16, 2007

Un sábado


La foto se cayó hace días. Estaba al lado derecho de la cama. No vale la pena juntarla. Hay una banderita, esa significa lo mismo también, pero no se ha caído. La pusieron bien. En la foto sale la bandera también.
Todos los días, a la foto, le caen zapatos a la par. Pero no la junto. Juntarla significa verla. Cuando la colgué quería que estuviera ahí, visible, para que la vieran, para que yo la viera. Ahora tiene una capa de polvo, la humedad del piso se la empieza a comer. Pero juntarla significa acordarse, juntarla significa reconocer el problema, y limpiar significa juntarla, por eso no limpio.
Todos los días hay que salir corriendo. La cama destendida, el paño mojado, los ojos que arden. Y después apagar la luz, cerrar los ojos, simplemente suena el despertador y uno no ha dormido, no ha descansado. Y pasa lo mismo, el desayuno, el baño, la ropa, los zapatos, la foto… pero no hay tiempo para juntarla, no hay tiempo para verla. Y de pronto otra vez arden los ojos. Y nada más no hay tiempo para cambiar el calendario que ya tiene 10 meses de atraso.


De repente un sábado se levanta uno temprano, por esa sensación en el pecho que no deja dormir, que es como un ahogo a la altura del esternón, si yo sé, todos la han sentido. Y uno nada más respira más rápido. Y no puede dormir. Es como estar enamorado pero al revés. Ya las mesas de noche no pueden estar más desordenadas de todos los papeles que llegan y uno pone ahí. Papeles, libros, fotos, bolsas, separadores de libros, tabaco saborizado, discos, rollos, filtros, película revelada, estampillas, cartas. ¿A quién se le ocurre tener tres mesas de noche para él solo? Y uno se pone a ver las cartas, las tarjetas postales. Y es lo mismo, y decide ponerlas en una bolsa de papel, meterlas en el closet y cerrar la puerta.
A pesar de todo sigue siendo temprano, pero ese ahogo en el pecho no permite ni ver películas, ni oír música, ni leer, ni dormir, ni no pensar, ni comer, ni llamarla… ¿Y si limpiara mi cuarto hoy?
Primero la escobilla roza los muebles, los bordes de la ventana y vuelan alas de polilla como cristales. Sentarse en la cama, dejar la escoba, qué importa el comején en el suelo.
Tengo que sacar las cartas de la bolsa de papel.
Abro la puerta. El bus, las monedas, la ventana, la calle, los postes de luz, los indigentes, la iglesia, el correo. Entro, saco la llave, abro el apartado postal…. Vacío.
Lo cierro.
Cierro los ojos.
Otro día limpiaré el cuarto, cambiaré el calendario y juntaré las cartas que están a la par de la foto.